Les voy a compartir una carta que he escrito esta tarde, seguro alguien se siente identificado o seguramente alguien diciente, lo importante es que nos haga reflexionar sobre la situación actual que viven nuestros hijos.
He cambiado los nombres propios por los cargos para evitar interpretaciones.
«Estimada Coordinadora y Tutora
De antemano les abrazo a la distancia y les envío un deseo absoluto de salud para ustedes y sus familias.
Les escribo para poner a su consideración el tema de las tareas.
Y es que entre los «trabajos en clase» que terminan siendo tarea, las tareas enviadas por plataforma, más las tareas que les solicitan, pero no ponen en ningún medio si no que son verbales pero solicitadas para la siguiente clase; se forman una cantidad de al menos 4 tareas por día.
Mi hija, apenas termina las clases, almuerza y continua con las tareas, estas le toman hasta las seis de la tarde generalmente y hay días que hasta las 8 p.m. Siendo que estar sentados frente a un computador por todas esas horas ya es un trabajo importante.
Seguramente me dirán que las tareas que se envían son para ocho días después, pero no resulta así, de alguna manera, aunque existe esta regla la cantidad mínima de tareas son 4 por día.
Por ejemplo, solo el día de hoy mi hija ya tenía un trabajo de lengua que realizar y la profesora envío otro trabajo más por la plataforma. En matemáticas el deber lo realizó junto con mi esposo, se demoraron al menos una hora y media, según nuestro criterio es que las cifras eran bastante grandes y hay que tomar en cuenta que cada cifra requiere una cantidad de operaciones dentro de ella.
Los padres de familia, en la última reunión no estuvieron de acuerdo conmigo porque decían que están contentos con la formalidad del método y que sus hijos pasen «ocupados», la verdad nunca podré estar más en desacuerdo pues hasta por formación profesional sé del correcto desarrollo infantil y juvenil y no me cabe en la cabeza tener a mis hijos “ocupados” todo el día, !necesitan incluso tiempo de absoluto ocio para crecer sanos!.
Sé que usted me dirá que, de cualquier modo, los padres no quisieron decir eso, pero es lo que yo leí en esa oportunidad.
El tema es que ya venía advirtiendo una situación que sucedió hoy en casa. Mi hija literalmente se «fundió» al final del día escolar su temperatura empezó aumentar, se puso lábil, temblorosa, débil, con solo recibir y leer una tras otra tarea en su plataforma.
Esto era algo que veía venir, tanto su pediatra como yo coincidimos en que no es ningún tema viral o bacteriano si no es estrés.
Ella está mejor, pero cambiaré su rutina, aumentaré las actividades físicas, la dejaré faltar algunas horas, haremos algo de arte terapía, y sobre todo le permitiré tener tiempos muertos de actividades, en fin, el tema es que trataré de recuperar su capacidad y efectividad pero como saben y son trabajadores que posiblemente también han sufrido en carne propia o han visto algún compañero sufrir este tipo de trastorno, tomará tiempo (me temo que muchos de nosotros, padres y maestros incluso podríamos presentar estos síndromes)
Mi opinión es que hoy por hoy en esta circunstancia no es tan importante el conocimiento académico que se adquiera, hay una experiencia mucho más valiosa que como educadores pueden resaltar, debido a los acontecimientos mundiales que nos están sucediendo, pienso como ya se lo dije a un profesor de mi hijo mayor; los niños seguramente no recordarán los temas vistos en esta cuarentena, recordaran lo que sintieron, los ambientes, la compañía e incluso la responsabilidad de cumplir con las tareas, pero no recordarán el tema en sí. No lo digo como madre de familia si no como Psicóloga.
Ya que pienso que ningún otro padre lo pedirá, les ruego me ayuden con una excepción con mi hija y conversen con los demás maestros para bajar la cantidad de tarea que ella realice y justifiquen sus posibles ausencias cuando más estresada este y no pueda manejar estas emociones, trabajaré todo lo que pueda para conseguir que vuelva a su rendimiento.
Sin más, me despido agradeciéndoles infinitamente su siempre generosa ayuda y disposición al educar.
Atentamente»
Ahora sí, puede que muchas cosas se me hayan quedado fuera de esta carta pero sería llover sobre mojado, también tenemos que hacer un poquito de reflexión sobre el momento y el ambiente que nos rodea sin llegar a estos extremos.
No pasará nada, ni el mundo se acabará por pintar un paisaje en vez de aprender el mínimo común denominador, tampoco los chicos dejaran de ser estudiantes por conversar sobre los temas que les preocupan con sus maestros en vez de recibir robótica.
Y ¿por qué? no enseñarles a sembrar la raíz del apio que sobró, la tapita de la zanahoria que cortamos para el almuerzo en una taza, un vaso etc, y que conste que no soy ni holística ni hippie o cualquier apelativo que uses para definir alguien preocupado del medio ambiente y los huertos en casa, esta es hoy una realidad que quieran o no deberemos abordar.
El sábado nos acostamos en el balcón con mi esposo y mi hija mirando el cielo estrellado, le conté todo lo que sabía y lo que me inventé del espacio, la galaxia y los cuerpos celestes, me decepcionó comprender que ella no sabía nada de eso, lo que yo le contaba eran historias que me contaron mis maestros y mi hermano cuando éramos niños para hacer que me interese las Ciencias Sociales, pero ella no tenía esa base emocional de un aprendizaje tan importante por lo tanto no lo grabó.
Recordaba que podía ubicarse a través de unas estrellas,pero no sabía ¿cómo?, ahí viene la historia de los reyes magos! Nos divertimos tanto aprendiendo, como me gustaría que volviesen a ver esos temas, finalmente si nos quedamos sin gps, luz eléctrica, batería tendremos el firmamento para llegar donde queramos llegar.
Incluso si cambia el eje magnético de la tierra, como sabemos que se está moviendo y ella no lo sabía, podríamos entender muchas cosas que se desprenden de ello. Sin teléfono, sin luz eléctrica.
!Nunca olvidaré! mi hermano contándome acerca de uno de los tantos libros que leyó, no estoy segura si fue el de Carl Sagan, decía que las estrellas que más brillaban en el cielo eran soles que murieron hace millones de años, pero la luz viaja más lento, por ello nosotros las podíamos ver aún aunque ya no estaban realmente.
Claro mi razonamiento es que lo que vemos son recuerdos de algo que ya no está. Y no Importa si es la velocidad a la que viaja la luz o recuerdos lo importante es que eso me ayudó a comprender la importancia de la trascendencia de un ser vivo, la mayoría brilla aunque ya no este, cierto?
Ese aprendizaje tiene un poder insuperable, ni las reglas ortográficas, los adverbios o factoreo lo iguala, porque, aunque el uno es puro conocimiento dado, el primero es un trabajo interno, puesto a prueba, cuestionado y vuelto a descubrir para ser parte de mi mismo.
Ciertamente sin matemáticas o lengua no hubiésemos llegado a tales descubrimientos, solo que hoy que se ha descubierto tanto fuera de nosotros puede que la tarea este en descubrir nuestro interior, definitivamente el universo menos explorado es nuestro interior y solo intuimos nuestros alcances, imaginamos nuestras potencialidades, porque no hacerlo ahora, mañana es tarde, y la salvación de la humanidad no está en Marte si no en el poder de nuestras neuronas, de nuestra energía de nuestra conciencia.
Así que me gusta imaginar que nuestros maestros, alumnos y nosotros como padres podemos relajarnos un poco, bajar el ritmo, darle tiempo y espacio a los conocimientos más sencillos y enriquecedores de la vida, total los adultos debemos seguir pensando en el alimento, la economía, la salud, el trabajo.
Si los queremos en mejor estado ¿Para qué? entonces unirlos a esta endemoniada carrera a veces real y otras thrillers psicológicos por la sobrevivencia en tiempos de coronavirus.
¡¡¡Fantástico!!!. Ojalá encuentres más apoyo en tus propuestas. Si yo estuviera allí te aplaudía. Un saludo.
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